POEMAS

EL FIN DEL MUNDO ERA ESTO – Belén Berlín

Hoy he soñado con el Apocalipsis
y era decepcionante.
El fin del mundo era
un cementerio de expectativas,
me ha hecho sentir idiota
poco leída.
No se parecía a las películas.
Era un fin con pocos preámbulos:
una niebla blanca nos pasaba por encima
y a mí me preocupaba no encontrar mi móvil.
El fin del mundo me dejó pensando:
tantas trompetas bíblicas para esto.
Llegó el fin y me ha tocado
vivir este preciso momento histórico
a mí
lejos de mi familia.
Y ya nadie leerá mis poemas
nunca tendré hijos
ni me volveré a enamorar,
nadie clasificará mi legado
como trabajo de fin de carrera.
Tanto jinete, tanta prostituta de Babilonia
¿DÓNDE ESTÁ DIOS?
¿Dónde están los ángeles?
En serio,
el fin del mundo era esto.

HOTEL DE PASO – Ale Oseguera

Anhelo el viaje en carretera
para estrellar el auto
contra el próximo hotel de paso.
Sólo por ver si pasa algo.

Quiero quedarme a vivir allí,
donde el neón avisa que hay cuartos,
agua caliente, televisor y un armario.

Maletas traigo,
todas,
las de mis treinta años.

Me quedo dormida y despierto
bajo un camión sobre el asfalto.
Quiero irme con la intermitencia
de las sirenas cantando
la extinción de mis fracasos.

Quiero cerrar los ojos,
dejarme ir por la carretera,
que el aire me corte la piel,
que las luces avisen que hay paso,
que voy bien,
que mi destino es aquel próximo hotel,
donde el vacante anuncie
que estaré a salvo.

PRIMAVERA – Mad Pirvan

He cortado la cabeza de todos mis amantes.
Está bien. Es primavera y sonrío entre los cadáveres.
Con cerberos de plástico y en manos carentes de afecto,
el tiempo ya no mueve ningún peón.
Yo espero que me esperes.
Quiero morder tu oreja tan fuerte que te la deje ensangrentada,
quiero dibujar cicatrices con mis uñas en tus brazos
y lamer tu epidermis hasta despellejarla.
Vamos a causarnos lesiones físicas.
Dejemos la soledad colectiva para determinar el resultado final.
Es sólo un pseudo motivo para el tormento existencial.

Mientras tanto los pájaros vuelan para despertarnos envidia.

Quiero golpearte y dejarte el derecho de golpearme también.
No me importa que estás haciendo aquí, cuanto piensas quedarte,
ni si te voy a volver a ver.
No me importa si tienes o no tienes,
si eres, tratas de serlo o ni siquiera.
No me importa si no te importa, me importa poco.
Durante un momento, siéntate a mi lado.
Durante un momento, no te apresures.
A partir de ahora, podemos empezar a olvidarlo todo.
Ya no pienso en nada.
Ya no pienso en.
Ya no pienso.
Ya no.
Ya.

MAYO, ESA CIUDAD SOBRE LOS TRENES – Laura Tomás

Difícil volver a los lugares
donde una vez amaste del todo.

Mayo
era una tierra ancha y incendiada
una carretera desierta
un camino en el que robar cerezas.

En Mayo había risas que medían un kilómetro,
cigarrillos consumidos hasta la tacha,
puentes empapados de lluvia caliente.

Buscábamos escritos ocultos
en los libros de la biblioteca
y el tiempo se entretenía
despeinándonos a cámara lenta,
congelándonos las caras
mientras pasaban alrededor zumbando
los coches y los árboles.

Un segundo es suficiente
para tatuar un país entero en la memoria.

¡Ah! Mayo,
ese lugar sobre los trenes,
pura tormenta eléctrica.

Siniestro volver a los lugares donde una vez fuiste cometa,
colgada del mundo por un hilo fino,
cazadora de tormentas,
un juguete erótico en manos de los cuatro colosos del viento.

Difícil volver ahora
tan pesada,
tan anclada al mundo,
tan mucho más que tarde.

Quisiera agarrar la noche con una mano y arrancarla.

Difícil volver a los lugares donde una vez fuiste inmortal
y que sólo quede la lluvia.

PRE-OKUPADA – Mad Pirvan

Me preocupo. Me preocupo por todo, por todos,
me preocupo cuando me desocupo y me ocupo con preocuparme.

Me preocupa tener que, hacer que, dejar de.

Me preocupa el tiempo, el paso del tiempo, me preocupa perder lo que queda de todo mi tiempo.

Me preocupa que nunca será mi maldito momento.
Me preocupa un nuevo día y el día que ha pasado sin ser mi día,
me preocupa preocuparme de tantas cosas en sí
y sin embargo ya casi nada depende de mí.
Me preocupa acostarme con tantos fantasmas en mi cabeza,
me estresa preocuparme tanto, me preocupan siempre mis sueños,
me preocupan los sueños dentro de sueños,
me preocupa que otros sean dueños de nuestras vidas,
me preocupa acabar la pringada que recoge tus migas .

Me preocupa despertarme sin tener ninguna razón mas que un ingenuo ímpetu de seguir adelante,
me preocupa despertarme muy tarde.
Me preocupa mi cuerpo, mi carne
y la arrastro como una carga que me queda muy grande.

Me preocupa no saber suficiente,
me preocupa esforzarme cada vez más, inútilmente,
me preocupa siempre el de repente,
me preocupa perder la mente, de nuevo, con un farsante,
un fascinante incompetente,
me preocupa volverme demente porque me preocupo extremadamente…

Me preocupa la nada, la gente,
me preocupa vivir vanamente, el sentido oculto de todo y todos me dan motivos de preocuparme.
Me preocupa empezar siempre de cero, me preocupa que este mundo sea un inmenso loquero.

Me preocupa dónde y cuánto,
¡yo me preocupo por todo lo alto!
Me preocupa preocuparme tanto,
me preocupa incluso no saber distinguir el perejil de un cilantro,
me preocupa la vida entera como una bruja novata que teme arder en una hoguera.

Me preocupa, me preocupa todo,
la libertad de poder hacerlo todo y no hacer nada de ningún modo.

EPITAFIO – Ale Oseguera

El día de mi funeral se sabrá que he sido puta.
Se encontrarán mis ex novios: el nerd, el hippie y el gafapasta.
Ahí descubrirán que no han sido los únicos,
que ha habido otros,
que casi todos han estado conmigo y dentro de mí,
que los confundí.
Y aquellos a quienes me he negado
no querrán sentirse rechazados
por mí, por ella,
por quien siempre dijo que sí
para siempre y sin medida.

La virilidad se defiende en mis piernas abiertas.

El día en que yo muera me achacarán orgasmos y gemidos,
habré gritado con el peor de mis amantes
y abortado los sueños de veinte grandes.
Todos dirán que sí,
que tengo la lengua más inquieta del planeta.
Mi primer mamada será pionera,
la quinta, maestra,
y todos arderán de envidia
ante el primero que se cuelgue el título de profesor,
no por serlo,
sino por ser al primero al que se le ocurrió.

El día de mi funeral seré condenada
por coqueta,
por puta,
por fácil.

Ni mi gente podrá absolverme
porque ni esa gente sabe con cuántos ni con quiénes.
Mis padres llorarán la deshonra de la insensatez
sin considerar que sólo pude tener
insatisfacción en mi desnudez.
He sido cuerpo, he sido alma,
he sido pocas veces las dos a la vez.
Salvo con el nerd, el hippie y el gafapasta.

Todos reunidos el día de mi velorio,
sin hijos ni ancianos,
extrañaremos el matrimonio
y buscaremos la inmensidad
y encontraremos la pasión
y desearemos haber aprovechado
ese paraíso acompañado,
al que yo he dicho no por puta,
por zorra,
por ir de prisa sin ropa interior.

El día de mi funeral se conocerá el número premiado.
Aunque sea incierto todos me recordarán el cuerpo.
Eso dirán.
Aunque en realidad, pensarán en mis verbos.
Los que no pudieron tener
ni el nerd,
ni el hippie,
ni el gafapasta.

LE EXIJO UN ALMA A LA CENIZA – Laura Tomás

Despertar a su lado fue
acostarse siendo una piedra
y amanecer siendo un río.
– Nada es para siempre, me recuerda.
Y entonces yo no me atrevo
a decir nada,
así que ella no lo sabe,
no sabe que cuando me mira
corrige la inclinación del mundo.
Cuando me pregunten
si alguna vez me olvidé de respirar
diré que era domingo y yo tenía los pies fríos.
Las horas pasaban por la vida sin herirla
y el miedo no era un escudo
sino una isla.

TE DOY MIEDO – Belén Berlín

Me dices que te doy miedo
y no te entiendo,
si a veces lo que tememos
también nos fascina y lo hacemos nuestro.
Por ejemplo,
me da miedo hacer el ridículo (pero me gusta que me miren),
me da miedo la montaña rusa, las películas de terror, los vampiros,
la oscuridad, los animales salvajes, las drogas,
las bifurcaciones en los caminos,
me da miedo el sexo y me da miedo el mañana,
me da miedo lo turbio
y lo prohibido.
Pero disfruto intensamente del miedo,
porque me hace sentir viva cuando lo acepto.
No entiendo por qué te doy miedo,
tanto miedo como la miseria, la muerte, la soledad, la depresión.
¿Te doy tanto miedo como un fenómeno natural descontrolado?
¿Te doy tanto miedo como la mentira, la vejez, la autocompasión?
¿Te doy pesadillas, sudores fríos, espasmos
y pensamientos recurrentes obsesivos?
¿Te da miedo mi furia, mi pasión, mi libertad, mi pasado?
¿Temes mi melancolía estacional,
mi ansia de tenerte cerca,
mi hipotético rechazo?
¿Te doy miedo porque soy un frágil como un espejo?
¿Te doy miedo porque te recuerdo a algo?